El Problema Económico de Colombia es de Demanda Interna

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Durante el último año la economía colombiana anotó su peor crecimiento económico (1,8%) desde el 2009 (1,7%), cuando se presentó la última crisis financiera mundial (Economía Colombiana Puede Crecer al 3,8%, pero Solo lo Hará al 2% en 2018). Entre las variables que han impactado el desempeño económico nacional, llama la atención que el consumo interno, que representa cerca de dos tercios de la economía, se ha movido en terreno negativo durante los últimos años.

Fuente imagen: Shutterstock

Luego de la marcada caída en 2014 de los precios de las materias primas, en particular del petróleo, el país entró en una etapa de desaceleración, a raíz de la cual realizó ciertos ajustes en materia de política económica. Todo esto derivó en cuatro periodos consecutivos de desaceleración. Anterior a esto y a causa de los altos precios del petróleo, el peso colombiano se revaluó y permitió la compra de bienes y servicios importados, además de dinamizar los productos nacionales; pero cuando el precio del crudo cayó, la devaluación generó que la demanda disminuyera, entre otros motivos porque el costo de los productos importados se trasladó a los bienes y servicios vía inflación.
Desde entonces, el consumo interno se ha visto afectado por la pronunciada devaluación del peso colombiano, detrimento acentuado a causa de las políticas económicas adoptadas por el Estado. La reforma tributaria del 2016, que resultó ser poco progresiva e incrementó el IVA de los productos al 19%, afectó de gran manera el consumo de los hogares durante el último año. Adicional a esto, el incremento de la tasa de interés por parte del emisor hasta el último año (ya la ha recortado) y la poca disciplina fiscal generaron que el país quedara con un margen muy reducido para el consumo, tanto de los hogares como del Estado. De esta forma el gasto público se desaceleró durante los últimos años y el consumo se vio altamente afectado, deterioro reflejado en el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que tocó su punto más bajo el año pasado durante los últimos periodos.

Fuente: Encuesta de Opinión del Consumidor – Fedesarrollo
Para este año se espera un repunte en el gasto doméstico impulsado por los continuos recortes del Banco de la República, la mejora de la confianza, una inflación controlada dentro del rango meta y un incremento más dinámico del ingreso disponible, tanto por mejores condiciones de intercambio como por el aumento del salario. Sin embargo, esto no se vería reflejado sino hasta el segundo semestre del año, luego de que transcurra la incertidumbre política propia del período electoral (Propuestas Económicas Presidenciales 2018) y se materializan el recorte en las tasas de intervención en el sistema financiero.
Así las cosas, el crecimiento económico se puede basar en bonanzas y auges transitorios, como en el pasado fueron el café, hasta hace poco el sector minero energético y luego la infraestructura se mostraba como el gran impulsor y en los periodos más reciente se habla del turismo como sector con gran potencial; sin embargo, el país debe dar una mirada a un desarrollo armónico y articulado con base en los sectores con gran capacidad de empleo y producción, como la industria y el agro, y que estimule la demanda interna para traducirla en mayores ingresos.
Ricardo Gómez LondoñoIngeniero FinancieroRicardo-2025@hotmail.com

 

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