El sector floricultor de Colombia ha presentado un buen desempeño en los últimos años. Las flores han generado un eco importante en la industria, construyéndose como un sector de renombre y confianza para la economía. Hace medio siglo no existía el renglón exportador de las flores y hoy es un frente comercial de grandes posibilidades para Colombia.
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De hecho, el sector representa el segundo renglón de exportaciones agrícolas del país en la actualidad y se destaca por ser el segundo exportador de flores a nivel mundial, detrás de Holanda.
Durante el último año, las exportaciones del sector floricultor presentaron un aumento de 6.2%, incrementando su valor en ventas, al pasar de US$ 1.328 millones en 2016 a US$ 1.410 millones en 2017, el valor más alto alcanzado en la última década. En gran medida, este resultado se debe a la llegada de nuevos destinos de exportación, como Antigua y Barbuda, Tailandia, Maldivas, y Nigeria.
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Uno de los motivos por los cuales se generó este incremento corresponde a las preferencias arancelarias que garantizan los Tratados de Libre Comercio (TLC) suscritos entre países, consolidando la posición de las flores colombianas principalmente en el mercado estadounidense y la Unión Europea, lo que ha contribuido a estabilizar las ventas en estos mercados.
Aun así, Estados Unidos equipara el 78.5% de los envíos del sector floricultor colombiano, que cuenta con 1.600 variedades de especies. Luego, las flores del país llegan a 90 naciones más que constituyen el 18% del mercado. Sin embargo, Etiopía y Kenia, países que han ganado terreno en el mercado mundial, amenazan la operación de la floricultura colombiana, especialmente por su cercanía geográfica con Europa y Asia, y debido a los bajos costos de producción respecto a Colombia.
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