El Capital en el Siglo XXI es uno de los libros más discutidos en el ámbito económico desde su lanzamiento en 2013. En él, su autor, Thomas Pikkety, hace un análisis con datos históricos acerca del comportamiento de la desigualdad y el ingreso en varios países del mundo. Su hallazgo principal es que la desigualdad ha venido en aumento, sobre todo en los países desarrollados (¿Por qué se Concentra la Riqueza?: la Economía de las Superestrellas). Ante esta conclusión, se han elevado muchas voces, entre ellas la de Bill Gates, el multimillonario contactó personalmente al economista francés, con quien sostuvo una charla sobre las cuestiones más importantes del libro, incluidas las posibles soluciones al problema de la desigualdad mundial.
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Gates concuerda en puntos importantes de la obra con Pikkety. En particular, dos cuestiones los unen. La primera, es que la inequidad es inherente al sistema capitalista, es decir, mientras exista el capitalismo habrá diferencia en las riquezas de las personas. Por esta razón, la pregunta central entorno a la desigualdad no es cómo eliminarla, sino cuál es la medida justa o deseable de desigualdad. El otro punto está relacionado con el impuesto a los salarios. Tanto Gates como Pikkety consideran que la solución a la desigualdad no debería pasar por gravar a los trabajadores, especialmente en un contexto en el que la mano de obra está siendo reemplazada por máquinas (Los Empleos que se Van con la Inteligencia Artificial).
Ahora bien, la divergencia de ambos radica en cómo llegar a ese nivel justo o deseable de desigualdad. Según Pikkety, la desigualdad se da cuando se cumple la sencilla expresión r>g, donde r es la tasa media de retorno de capital y g es la tasa de crecimiento de la economía. La idea es simple: cuando las ganancias del capital son mayores al crecimiento de la economía, la diferencia entre la riqueza de los trabajadores y los dueños del capital es mayor. Por ello, la recomendación de Pikkety es gravar los ingresos y la riqueza proveniente del capital de forma progresiva con el objetivo de reducir la diferencia.
Bill Gates está de acuerdo parcialmente con la solución de Pikkety, en el sentido de que se requiere un sistema tributario progresivo. Sin embargo, a diferencia del francés, considera que los impuestos deben estar centrados en el consumo. Para Gates no tiene sentido gravar el mero hecho de recibir un ingreso, por lo que resulta más sensato gravar la forma en que se usa dicho ingreso. El magnate afirma que se deberían diferenciar los tipos de consumo. En este escenario, la tributación sería distinta entre la persona que invierte su dinero en proyectos productivos, aquel que lo destina a caridad o quien lo usa para adquirir lujos, con una mayor carga en el último caso, por cuanto el gasto no contribuye de forma directa a la sociedad. (Bill Gates: de Brutal Empresario al Mayor Filántropo del Mundo)
Ver también: Impuestos Indirectos para Financiar el Posconflicto
En este contexto, ¿cómo se ha trasladado el debate a Colombia?. Pues bien, a finales del 2018 el Gobierno Nacional tramitó en el Congreso la Ley de Financiamiento, que buscaba, entre otras cosas, reducir la desigualdad en el país. Después de sufrir varios cambios en su paso por el legislativo, se introdujeron las siguientes medidas: un impuesto del 1.5% a patrimonios mayores a 5.000 millones de pesos, IVA para trabajadores independientes que devenguen más de 8 millones 200 mil pesos, IVA para cervezas y gaseosas, una ampliación de la base de personas naturales que deben declara renta, una reducción de la renta empresarial del 33% al 30% en los próximos años y un impuesto a la venta de vivienda con valor superior a $900 millones.
Ver también: Reforma Tributaria, Impuestos e Informalidad
En el paquete de medidas aprobadas hay directrices que gravan tanto el consumo como los ingresos y la riqueza. Las propuestas de aumentar los impuestos a las gaseosas y las casas usadas, así como reducir los impuestos a los ingresos de las empresas van en línea con lo planteado por Bill Gates, con la salvedad de que el sistema colombiano no posee una progresividad en el cobro de impuesto por consumo como lo plantea el magnate. Por otra parte, se introducen aumentos de impuestos a los ingresos y a los patrimonios, decisión que va encaminada con las recomendaciones de Pikkety. Por el contrario, introducir IVA para los trabajadores independientes va en contravía de lo propuesto por ambos.