En un mundo cada vez más poblado y con necesidades sociales en crecimiento, se está apostando por la creación de más ciudades, ya que en estas se concentra el desarrollo, el poder económico y los servicios, lo cual permite el despliegue de las comunidades. (Las Ciudades que Dominarán los Negocios del Mundo)
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Sin embargo, no todas las ciudades siguen el mismo modelo, ni se construyen con los mismos fines. En particular, existe una modalidad que, si bien no es nueva, ha tomado fuerza en algunos países del mundo, particularmente en Asia, conocida como “ciudades desde cero” o “ciudades privadas”. (La Nueva Economía del Clima, una Oportunidad para el Desarrollo de las Ciudades)
En China, por ejemplo, se han creado nuevas ciudades, algunas para disminuir la concentración poblacional y otras pensadas como ejes de desarrollo y crecimiento económico a largo plazo. Aunque la mayoría de las nuevas ciudades están impulsadas y gestionadas por los gobiernos, un número importante de ellas han sido construidas por el sector privado.
La principal diferencia entre ambas propuestas radica en que los servicios de las ciudades privadas no son provistos por el gobierno ni se sostienen con impuestos, sino que son suministrados por empresas mediante un contrato general de servicios que firman los residentes cuando se mudan y suponen el pago de una cantidad determinada de dinero. De esta forma, los empresarios se encargan de proveer el transporte público, construir escuelas, colegios, hospitales, zonas recreativas, centros comerciales, vías y demás infraestructura. Además, las ciudades privadas son construidas estratégicamente, con el objetivo de garantizar el servicio del agua.
Uno de los mejores ejemplos de este tipo de ciudades es Reston, una ciudad privada en Virginia, Estados Unidos. En la actualidad cuenta con su propio servicio de seguridad privada, transporte colectivo, educación y diversas empresas privadas. Así mismo, desde su fundación, la ciudad ha experimentado el crecimiento de su población y ha sido catalogada por CNN como una de las ciudades pequeñas de mayor calidad de vida en EE.UU.
En otras naciones de América también existe este modelo, entre ellos Honduras, que, como otros países de la región, enfrenta grandes problemas de pobreza, violencia y desigualdad. El asunto del desempleo es tan grande en la nación centroamericana que varios economistas han ideado múltiples formas para darle solución. A partir de ello, como propuesta para atraer inversión y generar empleo, algunos economistas estadounidenses propusieron un experimento que algunos críticos hondureños consideran radical y riesgoso para la soberanía del país, denominado ZEDE (Zonas de Empleo), el cual consiste en someter algunas áreas del territorio nacional a un régimen especial, donde los encargados de manejar los recursos, solucionar los problemas de seguridad, los conflictos y demás situaciones son los inversionistas extranjeros, mediante la presencia de jueces y leyes extranjeras. (Empresas que Apuestan por Cambios en Energías y Materia Prima en Pro del Ambiente (Infografía))
Cabe mencionar que esta propuesta surgió a partir del éxito financiero que han tenido algunas ciudades de Hong Kong, las cuales han adaptado muchas de sus normas a intereses empresariales y extranjeros.
Esta opción de urbanismo es cada vez más conocida y atractiva para las personas que desean vivir en un régimen administrado por leyes privadas, las cuales, de cierta manera, garantizan mayor seguridad. A pesar de esto, aún es temprano para medir el impacto que pueden tener estas ciudades en el desarrollo de los países y las relaciones humanas.
