El sector aceites y grasas al cierre del primer trimestre de 2020 dio señales de recuperación, fundamentada en el alza del precio del dólar, una mejor fórmula para la determinación de precios internos que genera mayor competitividad, y, derivado de los dos puntos anteriores, la preferencia del consumo interno de los hogares por productos locales dadas las restricciones a oferentes externos como Ecuador y el alto costo de las importaciones.
Entre los factores negativos se encuentran los aumentos en costos de producción al tener que adaptarse a las políticas de bioseguridad por el Covid-19; adicional, deberá el sector deberá solventar un posible choque en la demanda interna y externa ante el impacto en las tasas de empleabilidad que tenga la actual pandemia. Por su parte, y vinculado a la producción primaria, el sector deberá afrontar las enfermedades que azotan los cultivos como la pudrición del cogollo, la marchites letal y el descenso que ha venido presentando el rendimiento por hectárea, derivado tanto de las enfermedades ya descritas, como de la longevidad que presentan los cultivos en varias regiones del país.
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