Renta Básica Universal Como Medida para Frenar la Caída en el Consumo

Comparte en redes sociales

Frente a la afectación que ha causado el coronavirus, tanto en la salud, como en la economía, el gobierno ha tomado una serie de medidas para mitigar el impacto que genera el freno en la producción de diferentes sectores. No obstante, la pérdida de empleos ha sido inevitable en diversas ramas de la economía, sin considerar que en Colombia la tasa de informalidad es bastante alta. (Colombia Registra su Mayor Desempleo, Análisis por Sectores y Regiones (Vídeo))

Fuente imagen: Shutterstock

Como solución parcial, se han asignado subsidios a diferentes sectores y se han reactivado varios segmentos que se consideran clave para la generación de empleo y el aporte al crecimiento del PIB. Así mismo, se han dado alivios económicos a los ciudadanos y se han brindado ayudas para paliar la emergencia. (Señales que Evidencian el Comienzo de la Recuperación Económica (Video))
Sin embargo, esto no ha sido suficiente, pues la amenaza de una caída histórica en la demanda cada vez se hace más evidente, ya que el desempleo y la disminución en los ingresos de los hogares sigue aumentando. Por este motivo, diferentes instituciones han lanzado propuestas para impulsar tanto la producción, como el consumo.
Una de ellas es ANIF (Asociación de Instituciones Financieras), que dio a conocer una propuesta que apunta a mitigar el impacto del Covid-19 en el ingreso de los hogares y que ha sido implementada en países como Estados Unidos y Japón. La entidad expone la necesidad de implementar una renta básica semi-universal, la cual se entregaría una única vez a las familias más pobres y a las que corren el mayor riesgo de quedarse sin ingresos. Según la asociación “todavía hay espacio para construir una política más amplia de transferencias monetarias”, puesto que los programas de subsidios, como Familias en Acción, Adulto Mayor y Jóvenes en Acción, entre otros, suman alrededor de $1,8 billones y un mes de cuarentena afecta los ingresos de los hogares en casi $6 billones, cifra que podría ascender a $26 billones de pesos si se prolonga el aislamiento preventivo en algunas ciudades, de acuerdo con Mauricio Santamaria, presidente de ANIF.
Con esta propuesta se busca incluir a más personas que han resultado afectadas y no han recibido ningún subsidio. Para llevar a cabo la iniciativa, ANIF plantea que los beneficiarios sean identificados a través de diversos canales, como la población afiliada al régimen subsidiado en salud, asalariados informales y trabajadores independientes con educación secundaria, trabajadores asalariados formales que coticen en salud y que devenguen 1 SMLV o menos, y la población en situación de pobreza. Según los datos de La Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) 2019, este grupo poblacional corresponde a 17’900.000 personas.
Así mismo, el giro que proponen sería de $450.000 pesos, que corresponde al 2% del PIB per cápita y al 75% del ingreso laboral promedio de los trabajadores que se encuentran afiliados al régimen subsidiado. El costo total del programa sería de $8 billones.
Cabe resaltar que la Renta Básica Universal tiene como objetivo entregar a todo ciudadano acreditado una cantidad periódica que cubra, al menos, las necesidades vitales, sin requerir contraprestación alguna. El ingreso o “mínimo vital” permitiría a los hogares disponer de las condiciones mínimas para adquirir bienes necesarios de consumo y, aunque no es una medida que solucione el problema del ingreso, permite que las personas en situación de pobreza y vulnerabilidad socioeconómica puedan subsistir en el corto plazo, a la vez que contribuyen al dinamismo del consumo.
Finalmente, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) pidió a los Gobiernos de Latinoamérica que implementen “inmediatamente un ingreso básico para las 215 millones de personas que estarán este año en situación de pobreza por los efectos de la pandemia”. La secretaria general de la Cepal, Alicia Bárcena, expresó que es importante “que los Gobiernos garanticen transferencias monetarias temporales inmediatas para satisfacer necesidades básicas y sostener el consumo de los hogares para lograr una reactivación sólida y relativamente rápida”.
Además, indicaron que el ingreso básico de emergencia debe tener una duración mínima de seis meses y debe ser equivalente a una línea de pobreza, es decir, que corresponda al costo per cápita de adquirir una canasta básica de alimentos y otras necesidades básicas, considerando que, para el mediano y largo plazo, lo ideal es alcanzar un ingreso mínimo que garantice a la población el derecho a la subsistencia.
Esta petición de la Cepal va en línea con la propuesta que ha realizado la ANIF al Gobierno. En un futuro, la Asociación considera también que se deberá evaluar la posibilidad de implementar una renta semi-universal recurrente o periódica.

Accede a la inteligencia de tu sector. 

Explora, monitorea, analiza y evalua todos los datos y fuerzas que transformarán tu organización.

Obtén el informe completo del sector de tu interés

Artículos del sector

VER TODOS LOS ARTÍCULOS DEL SECTOR

Sectorial 2022 – Prohibida su reproducción total o parcial