El Mercado Negro del Covid-19 y sus Implicaciones para la Salud Pública

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Luego de menos de un año, la primera vacuna contra la Covid-19 desarrollada por Pfizer y BioNTech recibió la autorización de uso de emergencia por parte de la FDA en Estados Unidos (Herramientas Gratuitas de Seguimiento a la Erradicación del Covid-19).  Antes de la aprobación de la primera vacuna, la Interpol ya había advertido sobre la potencial venta de vacunas falsificadas en los mercados negros.  En mercados negros de la dark web se pueden conseguir dosis de vacunas contra el Covid-19, con precios entre 250 y 1.200 dólares.  Se desconoce si se trata de dosis reales o falsificadas, así como la calidad de las mismas, pues no hay garantía de que la cadena de frío requerida se mantenga. También se venden certificados falsos de vacunación y resultados negativos en pruebas de Covid-19 falsas.

Fuente imagen: shutterstock

Con el brote del virus SARS-COV-2, causante de la enfermedad Covid-19 y la declaración de pandemia, comenzó una carrera contrarreloj por encontrar potenciales tratamientos y vacunas frente la enfermedad. Las farmacéuticas que encabezaban esta carrera eran la británica AstraZeneca, las estadounidenses Pfizer y Moderna y la china Sinopharm. Igualmente, el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya de Rusia avanzaba en sus investigaciones que, posteriormente, derivaron en el desarrollo de la vacuna Sputnik V.
A pesar de que el proceso para desarrollar una vacuna y aprobar su uso puede tardar varios años, el caso actual es inédito en la historia. De hecho, a mediados de diciembre de 2020 y luego de un periodo de investigación y desarrollo inferior a un año, la vacuna de Pfizer, elaborada en alianza con la biotecnológica alemana BioNTech, obtuvo la autorización de uso de emergencia por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos.
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Con la aprobación de la vacuna de Pfizer por parte de Estados Unidos, se empezaron a desarrollar planes de vacunación alrededor del mundo, mientras se esperaban los resultados de otros estudios clínicos que permitieran la producción de más vacunas y terminar así con la pandemia lo antes posible. En esta situación, se preveía un nuevo problema: la comercialización de vacunas y tratamientos en los mercados negros físicos y digitales.
En efecto, a principios de diciembre de 2020, antes de que se aprobara el uso de la primera vacuna, la Interpol emitió una alerta mundial con respecto a la posibilidad de que redes criminales aprovecharan la coyuntura para traficar con vacunas falsificadas o alteradas. Además, se empezó a sospechar sobre el tráfico de pasaportes o tarjetas de vacunación contra el Covid-19 falsificados. Cabe señalar que, incluso antes del desarrollo y aprobación de vacunas, en los mercados negros en la web ya se comercializaban elementos de protección personal contra el Covid-91, lo cual estuvo motivado por el desabastecimiento en los mercados legales.
Según un estudio de la firma de ciberseguridad, Kaspersky, reveló que en quince mercados negros de la dark web se venden dosis de vacunas de Pfizer-BioNTech, AstraZeneca, Moderna y otras no verificadas ni aprobadas. Los precios por dosis varían entre 250 y 1.200 dólares, siendo 500 dólares el precio promedio. Los expertos de la firma encontraron que la mayoría de vendedores se ubicaban en Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido, y que los pagos se pactan en criptomonedas, como el Bitcoin. La investigación también dio a conocer que algunos vendedores clandestinos habían realizado entre 100 y 500 transacciones hasta principios de marzo de 2021.
En principio, es imposible saber si las vacunas transadas en los mercados negros son reales o falsificadas, pese a que en algunos sitios web hay reseñas y comentarios favorables (aunque estas entradas pueden ser falsas también). A su vez, estas transacciones tienen una gran limitante: en el caso de que se trate de dosis reales, no hay garantía de que la cadena de frío necesaria se mantenga hasta que la dosis llegue a manos del comprador.
En este escenario, algunos compradores no solo buscan una dosis de la vacuna sino un certificado falso de vacunación, el cual permitiría, entre otras cosas, relajar las medidas de confinamiento y los viajes internacionales. De acuerdo con Kaspersky, el precio del certificado de vacunación está entre 20 y 25 dólares. En adición, la investigación encontró que en algunos países también se venden resultados negativos en pruebas de Covid-19 falsificados. Por ejemplo, el precio de estos oscila entre 50 y 70 dólares en Rusia.
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Uno de los elementos que motiva la adquisición de dosis de vacunas en los mercados negros tienen que ver con el lento avance de los planes de vacunación, causado por retrasos en la producción y entrega de las dosis. Por otra parte, el turno en que serán vacunados los potenciales compradores también influye, pues en general, los países optaron por comenzar inmunizando a la población de edad avanzada al ser los de mayor riesgo de complicación.
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Sin embargo, comprar dosis de vacunas en el mercado negro supone grandes riesgos a nivel individual y colectivo. De un lado, las personas realmente no tienen certeza de la calidad de la vacuna que están comprando y, en caso de que sea falsificada, no pueden conocer los efectos que tendrá en el organismo. De otro lado, al adquirir comprobantes de vacunación o pruebas Covid-19 negativas corren el riesgo de contagiarse y seguir propagando el virus. Así, parece que los riesgos superan los beneficios.

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