La intuición económica básica sugiere que en un contexto de devaluación, es decir cuando hay que entregar muchas unidades de la moneda local por una unidad de una moneda extranjera, el sector exportador de un país se ve altamente favorecido, pues los productos que son llevados al extranjero son pagados con una moneda revaluada que al intercambiarla por la local, representa mucho dinero en el contexto nacional.
Con base en este planteamiento cabe esperar que al sector exportador colombiano le esté yendo bastante bien, pues el dólar se ha estado intercambiando hasta por 2.500 pesos. Pero a nivel agregado esto no es lo que evidencian las cifras nacionales que para el mes de diciembre indicaron una reducción del 28.5% en el valor de las ventas externas con respecto al mismo mes del año anterior y una reducción anual de 6.8%.
Fuente: Datos DANE
Esta caída está explicada básicamente por la reducción de 41% en el valor de las exportaciones de combustibles y productos de industrias extractivas, especialmente petróleo y sus derivados, debido a la caída internacional de los precios del petróleo y por la poca capacidad de exportaciones de otro tipo para contrarrestar este efecto, pues las manufacturas presentaron un crecimiento de solo 2.1% y dentro del rubro “otros sectores”, resalta el crecimiento de las exportaciones de oro en 12.5%; el sector de productos agropecuarios, alimentos y bebidas presentó incluso una variación negativa de 1.8%.
Definitivamente la ventaja de la base exportable colombiana no debe depender de la tasa de cambio, hay elementos de fondo como la productividad y la competitividad que son los que realmente se deben constituir en la fortaleza de nuestras exportaciones. Además un factor relevante en este contexto es el sector al que pertenecen la mayoría de productos que se comercializan fuera del país, resaltando que para Colombia casi el 60% de las exportaciones corresponden al sector minero.
Fuente: Datos DANE
Con respecto al tema de competitividad, al país le falta bastante, pues según el Foro Económico Mundial, Colombia ocupa el puesto 66 entre 144 países, ubicándose por debajo de economías como Perú, México, Chile y Brasil. Un estudio realizado por la consultora Adecco, cataloga el país como uno de los menos competitivos de la región mediante la evaluación de factores como el crecimiento, la capacitación, el trabajo, la conservación y la formación profesional. Del lado de la productividad, que es la eficiencia con la que se combinan los factores productivos, el país presenta niveles supremamente bajos, sin negar avances en temas de reducción de desempleo y formalización laboral, pero que aún no son suficientes. Y a pesar de que se han realizado importantes inversiones y que la economía ha venido presentando un buen comportamiento durante los últimos años, esto no parece haberse materializado en mejoras productivas significativas.Todo esto indica que el país enfrenta grandes retos en materia de empleo, educación, crecimiento económico e infraestructura, en un momento en que la economía va a tener que hacerle frente a menores expectativas de crecimiento, reducción en los flujos de inversión extranjera directa, disminución en recursos fiscales para la inversión social y con el sinsabor de no haber aprovechado el auge minero para ganar competitividad en otros sectores.
