La educación en Colombia está sufriendo una serie de acontecimientos que han conllevado a una crisis en el sector. El paro de profesores, que ya lleva varios días, ha afectado a más de 8 millones de niños y a sus padres, y aún no se ha llegado a un acuerdo con el gobierno Nacional. Esto sumado al bajo rendimiento que han registrado los estudiantes en pruebas como la PISA.
Foto: Archivo Sectorial
El sector educativo en Colombia está pasando por un difícil momento, después de 15 años de actividades ininterrumpidas y luego de una breve negociación con la ministra de educación, Gina Parody, en la que los profesores manifestaron sus inconformidades y llegaron a unos acuerdos que según ellos no se concretaron; los docentes de los colegios públicos del país decidieron entrar a un cese de actividades para reclamar, entre otras peticiones, una nivelación salarial.
Desde varios puntos del país las manifestaciones han sido multitudinarias, pero predomina especialmente en Bogotá, donde los docentes se han aglomerado para protestar frente a la sede del Ministerio de Educación. “Exigimos más atención para la educación pública, más presupuesto y mejor salario para los docentes”, expresó Elián Leguízamos, uno de los líderes de la movilización.
La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) indica que se sentarán a negociar con la ministra de Educación, pero en paro, porque según ellos no encuentran otra manera para que el gobierno nacional los escuche, postura a la que Parody se opone y anuncia que no negociará si siguen las manifestaciones. Mientras la huelga indefinida sigue, las posturas de ambas partes se mantienen radicales, a pesar de la afectación a la que han quedado expuestos los niños del país, que no han podido asistir a sus clases.
Entre las peticiones de los docentes está hacer efectivo el acuerdo al que llegaron con el presidente Juan Manuel Santos para la nivelación salarial, una mejor política educativa que contemple la jornada única escolar, mayor infraestructura y dotación, un servicio de salud digno y garantizar el bienestar de los profesores.
Sin embargo, el Ministerio de Educación anunció que a los maestros que se mantengan en paro se les descontará de su salario los días no laborados, acrecentando la crisis, mientras millones de niños en el país se mantienen inactivos. Por otro lado, esta coyuntura remarca la crisis que sufre el sector educativo en Colombia y que se ha reflejado en el desempeño de los estudiantes ante pruebas como la PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, por sus siglas en inglés), en la que el país ha ocupado los últimos lugares y se han hecho evidentes las graves fallas en el sistema educativo. Pruebas, que además se verán afectadas y que tendrán que ser aplazadas debido al paro de maestros.
El rezago académico en Colombia ha sido una preocupación de varios sectores, pues el crecimiento del país se ve amenazado por esta situación. Las consecuencias a largo plazo que se tendrían que asumir si no se refuerza con suma urgencia las falencias educativas serían especialmente evidentes en el crecimiento sostenible de la economía.
Mientras tanto, el problema de la educación sigue y las políticas del Estado para reforzar la problemática se han quedado pequeñas frente a la magnitud del problema, pues una de las soluciones que para muchos es evidente, es la inversión en el cuerpo docente, que tiene gran responsabilidad en la educación del país, pero a la que el Gobierno responde que no hay presupuesto suficiente.
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