¿SICAV´s Como Vehículo de Inversión en el Mercado de Capitales Colombiano?

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Según analistas, el mercado de capitales colombiano es limitado y poco seductor para el inversor extranjero. Ante las escasas figuras de inversión colectiva en el país, es posible analizar la creación de nuevos fondos de inversión, ya utilizados en Europa, que podrían dar el impulso necesario al mercado local.

Fuente: www.freeimages.com Autor: Autor: Paul Pasieczny

Los fondos de inversión colectiva en Colombia, también conocidos como carteras colectivas, son altamente utilizados. Actualmente se categorizan entre fondos de inversión abiertos y cerrados, ambos vigilados por la Superintendencia Financiera y gestionados por administradoras de pensiones y cesantías o bancas de inversión. Los fondos de capital privado son carteras colectivas cerradas que destinan al menos dos terceras partes de los aportes de sus inversionistas a la adquisición de activos o derechos de empresas no cotizantes en bolsa, lo que crea ciertos limitantes en el interés de grandes patrimonios que buscan invertir en el país, pues la alta tasa de tributación de las empresas participantes en la economía colombiana impide que este vehículo de inversión sea lo suficientemente atractivo.
En Europa, principalmente en los países ubicados al occidente del continente, es de uso común las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV) por parte de grandes inversores. Estas sociedades se caracterizan por ser una mezcla entre un fondo de inversión y una sociedad anónima, es decir, una especie de fondo de inversión que adopta la forma de una sociedad anónima y por lo tanto, los ahorradores que invierten en ella se convierten en sus accionistas, caso contrario de lo que sucede en los fondos de inversión locales. Adicionalmente, las SICAV se dedican a invertir en todo tipo de activos e instrumentos financieros (lo que brinda múltiples posibilidades de rentabilidad al capital) y no están sujetas a tributar el alto porcentaje exigido a las empresas corrientes y, al ser constituido por capitales privados.
No obstante, en diferentes países europeos poseen ciertas críticas. La más importante es que al ser un vehículo de inversión perteneciente a la banca privada, creado para grandes patrimonios, solo está al alcance de unos pocos. Según la ley española, para formar una SICAV hay que contar con un mínimo de 100 accionistas y al menos un capital de 2,4 millones de euros. Sin embargo, en la práctica, a menudo estas son únicamente propiedad de un grupo empresarial o una familia que se hacen acompañar de socios testimoniales para cumplir los requisitos, lo que permite, por medio de las ventajas fiscales que posee al tener el respaldo de un Fondo de Inversión Colectiva, tributar un monto mucho menor al 25% o 30% de los beneficios de las compañías, correspondientes a los impuestos.
Dado esto, las Sociedades de Inversión de Capital Variable son vistas como un vehículo de inversión apto para conducir el ahorro privado hacía óptimas rentabilidades financieras, minimizando el impacto fiscal, y en otros casos, una forma alterna de evasión fiscal para grandes patrimonios. A pesar de las dos visiones tan sectarias que pueden tener, podrían ser objeto de estudio tanto para las bancas de inversión colombianas como para entes gubernamentales que buscan día a día aumentar el flujo de capitales nacionales y extranjeros dispuestos a invertir en el país.
Ver también:

El Papel de las Administradoras de Pensiones y Cesantías en el Mercado de Capitales Colombiano

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