Los Bienes Meritorios y su Importancia Social

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La importancia de la existencia de un ente administrativo que lleve las riendas de una nación o, mejor dicho, la existencia de un Gobierno para que administre un país, está más que resuelta y comprobada. Todas las naciones en el mundo, bajo un modelo democrático, lo aplican. Cambia, quizá, la estructura que toma cada gobierno, haciendo referencia a temas como duración de los periodos de gobernabilidad, número de ministerios y aspectos similares; pero, en esencia, el bloque que direcciona está ahí. Sin embargo, la misma claridad no existe sobre los tipos de bienes que debe, o no, ofrecer un Gobierno.

Antes de profundizar en este asunto, se deben conocer primero los tipos de bienes y a qué se debe su clasificación. En la Figura 1 se presenta un breve esquema sobre el tema. Aclaramos que será tópico de este artículo la clasificación de los bienes desde el punto de vista de la accesibilidad, en especial de los bienes meritorios o cuasi públicos.

Fuente: Sectorial
Desde el punto de vista de la accesibilidad, los bienes pueden ser públicos, privados o cuasi públicos; la diferencia radica en una circunstancia fundamental que deriva de quien ofrece el bien o servicio. En el caso de los servicios privados, dado que son ofertados por privados, cuentan con el principio de exclusividad y son accesibles en la medida que el individuo pague por ellos. Por el contrario, los públicos, también llamados colectivos, son accesibles a toda la sociedad independiente de si una persona paga o no por él. Por ejemplo, el caso del alumbrado público o la defensa nacional (Ver: ¿Se Cobrará por la Información Digital?).

El caso más interesante radica en los bienes cuasi públicos, también conocidos como bienes meritorios. Si bien, este tipo de bienes son muy similares a los públicos, poseen una diferencia y es que cuentan con el principio de exclusión, aunque no parezca o aunque no se aplique. Ejemplo de estos casos son: los hospitales públicos, los campos de juego municipales, museos, parques, bibliotecas públicas e incluso las viviendas subvencionadas (Ver: Construcción de Viviendas Continua con Buen Ritmo de Crecimiento).

Entendiendo ahora la clasificación de los bienes y específicamente la de los bienes meritorios, se busca entender el por qué son importantes dentro de la sociedad. Por un lado, se observa que gran parte de los bienes meritorios pueden no tener interés de ser ofertados por los privados, por lo que se hace necesario que el gobierno los oferte; tal es el caso de las casas subsidiadas. En este sentido, los bienes meritorios son contribuyentes al crecimiento económico de una nación. Por otro lado, los bienes meritorios son excluyentes, pero pueden no serlo o simplemente pueden ser ofertados a precios por debajo de los precios de mercado, dando posibilidad a que las personas con menos poder adquisitivo los puedan adquirir (Ver: Inequidad en el Sistema Económico Mundial).

Bajo esta consigna los bienes meritorios mitigan en parte la desigualdad, pues permiten que, en general, la mayoría de personas de una sociedad disfruten de bienes y servicios a los que no podrían acceder bajo el modelo privado. Por esta razón, contribuyen a sostener la equidad. El mayor ejemplo son los museos públicos, que durante los fines de semana tienen altos costos para aprovechar la asistencia de turistas de diversos lugares del país y del mundo; pero que, entre semana, realizan descuentos o permiten la entrada gratis a niños de escasos recursos o población con características especiales. Esto, sin contar otros bienes meritorios, como los seguros de desempleo y los subsidios a las pensiones que tienen un mayor impacto en la sociedad. Lo cierto es que, públicos, privados o cuasi públicos, todo este tipo de bienes son necesarios en la búsqueda del crecimiento social y económico de una nación.

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