Recientemente Arabia Saudita desarrolló un plan en el que implementaba normas estrictas para el sacrificio de pollos en los países exportadores, lo cual se tradujo en un efecto negativo para Brasil. El Ministerio de Agricultura Brasilero afirmó que la Autoridad de Alimentos y Drogas de Arabia considera que los métodos de sacrificio no son acordes con los principios musulmanes y exigen eliminar las descargas eléctricas, de manera que los animales estén consientes al momento del sacrificio. Las medidas comenzaron a regir a partir de abril.
El grupo de exportación de carne de Brasil, estima una pérdida de rendimiento del 30% con los nuevos procedimientos, en vista de que las aves forcejean más y se les rompen las alas, generando un desperdicio de carne.
Arabia Saudita es el mayor comprador de pollo brasileño, pese a que el año pasado elevó el arancel a las importaciones de aves de corral, las compras desde este país superaron las 591.000 toneladas. La situación puede implicar una ventaja para los productores colombianos, quienes pueden atender la demanda que Brasil no esté dispuesta a considerar.
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