De acuerdo con un estudio realizado por BBVA Research en Colombia, se resaltan los grandes desafíos que deberá enfrentar el sector, ya que se proyecta que la venta anual de vivienda para el 2023 caerá por debajo de las 200.000 unidades, esto como consecuencia del impacto de la inflación y el aumento del precio de los insumos como el acero y el cemento.
Para la economía colombiana este sector es fundamental, porque genera 1,7 millones de empleos y casi $60 billones. Según Mauricio Hernández, economista de BBVA Research para Colombia, “los datos reflejan un comportamiento de desaceleración del sector inmobiliario, pues se viene dando una menor demanda por vivienda y una reducción incluso más profunda en la oferta. Esta dinámica ha ayudado a equilibrar el mercado, pues evitó que las constructoras acumularan excesivos inventarios, algo que sí había sucedido en el 2016, cuando el menor precio del petróleo redujo la compra de vivienda y se siguió construyendo a un nivel elevado”.
Como resultado del estudio, la adquisición anual de vivienda nueva puede seguir decreciendo, aun con una alta participación de la vivienda de interés social (VIS), ya que esta representa el 71% de las ventas de vivienda nueva.
El sector no residencial no es ajeno al impacto de la desaceleración económica, ya que la oferta de oficinas y locales comerciales venía reduciendo su ritmo desde 2021, sin embargo, a finales del 2022 se empezaron a ralentizar las ventas de estas construcciones.
