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El incremento de las críticas hacia la industria cárnica dado el aporte negativo al cambio climático, la deforestación y el maltrato animal, ha generado a nivel mundial la idea de implementar un incremento en los impuestos del sector. Esta iniciativa ya se está llevando a cabo en Europa Occidental y algunos políticos de Alemania han propuesto incrementar este tributo para mejorar las condiciones de vida del ganado.
De acuerdo con un informe de Fitch Solutions Macro Research, esta es una tendencia que se abre camino en muchos países y “si los impuestos ganan fuerza, podrían alentar a más personas a preferir las aves de corral o las proteínas de origen vegetal, lo cual ayudaría a impulsar la popularidad de los sustitutos de la carne. El aumento global de los impuestos al azúcar hace que sea fácil imaginar una ola similar de medidas regulatorias dirigidas a la industria de la carne”.
En Europa se considera que la medida ha sido éxito porque no se tomó basada en la salud de las personas sino en el cambio climático, además de que los precios de la carne de cerdo y de res eran relativamente bajos y con el incremento del impuesto los hábitos de consumo cambiario. Según la ONU, la ”agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra contribuyen con cerca una cuarta parte de las emisiones de efecto invernadero”.
